Así puedes combatir la corrosión en el acero
La clave está en el Zinc
El acero es un material extremadamente útil para múltiples usos, y ello ha llevado a que se le modifique en orden de hacerlo más fuerte y resistente. Uno de esos resultados ha sido el galvanizado, que ha creado una aleación entre el acero y el zinc para proteger la superficie de cualquier producto de acero. Sin embargo, en ocasiones al soldar, se descubren partes que vulneran el producto. Aquí te decimos como solucionar eso.
Corrosión a vencer
Para combatir la corrosión del acero y que no se contamine y acelere su proceso de oxidación, es necesario tomar medidas que protegen la cubierta galvanizada de ser dañada. Debido al desgaste natural o a golpes, roces, rayones, o soldadura, el galvanizado puede caerse, por lo que necesita ser arreglado.
Como es improbable que el producto vuelva a ser inmerso en zinc mediante un laminado en caliente, se recomienda hacer uso de otro tipo de herramientas que pueden suplir esas áreas dañadas con el recubrimiento necesario para que queden lo mejor posible.
Pintura de zinc
La pintura de zinc es una gran alternativa que se utiliza para proteger esas áreas desgastadas o dañadas, ya que, tanto las versiones en aerosol como la pintura aplicada con brocha, cuentan con una fórmula con base de zinc metálico rico en este mineral, por lo que el resultado es muy bueno.
De manera obvia, no es igual de eficiente que una lámina o producto de acero que fue fabricado en laminado en caliente para ser galvanizado mediante un proceso de zincado, sin embargo, si funciona para proteger el acero sin la necesidad de añadir algún otro elemento. La fórmula química puesta por medio de la pintura es colocada en el producto. La mezcla es efectiva pues se junta polvo de zinc con una base de resina que al juntarse con el acero, crean una reacción electroquímica para que se adhiera a la superficie.
Procedimiento
Para aplicar este tipo de productos, se debe limpiar la zona en cuestión para que se aplique de forma adecuada dicha pintura. Se deben retirar cualquier resto de pintura de la superficie, sin embargo se debe realizar con cuidado para no dañar más el galvanizado, por lo que no se recomienda abusar de agentes abrasivos con el objetivo de retirar todo resto de pintura.
Al limpiar las impurezas de pintura y óxido, se procede a la aplicación de la pintura, la cual, sin importar su marca, debe garantizar resultados inmediatos y a largo plazo. Su aplicación es igual a la de una pintura normal. Se debe secar y de ser necesario, en el futuro se le puede dar un retoque para garantizar su seguridad.
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